Muchos hombres describen sus problemas de erección como una desconexión entre la mente, el cuerpo y la respuesta esperada.
Aunque puede resultar un tema incómodo, es un problema muy común del que no solemos hablar, pero que afecta a millones de hombres en todo el mundo.
Así, se estima que más del 75% de los hombres con disfunción eréctil (DE) en España no están diagnosticados, lo que sugiere que muchos afectados no buscan ayuda médica, según la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA).
A continuación, exploraremos las principales causas de impotencia y los tratamientos médicos disponibles para abordar el problema.
Porque sí, esta armonía entre mente y cuerpo puede recuperarse si dejamos de guardar silencio y buscamos ayuda profesional. Veamos.
¿Por qué ocurre? Las causas detrás de la disfunción eréctil
La disfunción eréctil no es un simple “problema de rendimiento” como pretenden verlo muchos.
En realidad, es una señal de que algo en la mente o en el cuerpo no está funcionando bien. En muchos casos, la causa es vascular, ya que una erección depende de una buena circulación sanguínea.
Los problemas de erección también pueden estar relacionados con enfermedades como la hipertensión, la diabetes o el colesterol alto, ya que estas condiciones afectan el flujo sanguíneo hacia el pene, dificultando tanto la erección como su mantenimiento.
Otra posible causa son los desequilibrios hormonales, especialmente los niveles bajos de testosterona, que pueden reducir el deseo sexual y afectar la función eréctil.
Además, factores emocionales como el estrés, la ansiedad o la depresión pueden generar un círculo vicioso: la preocupación por el desempeño impide, muchas veces, que el cuerpo responda de forma natural.
El estilo de vida también desempeña un papel clave. El tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo y una mala alimentación dañan los vasos sanguíneos y disminuyen la energía general del cuerpo.
Por último, la edad avanzada, la obesidad y otras condiciones de salud pueden estar en el origen del problema.
Incluso ciertos medicamentos, como antidepresivos o fármacos para la presión arterial, pueden interferir en la respuesta eréctil. La buena noticia es que muchas de estas causas de la impotencia son tratables.
Sin embargo, primero debemos identificarlas.
El primer paso: ¿Cuándo acudir al médico y qué esperar?
Consultar con un urólogo por problemas de erección puede resultar incómodo para muchos hombres, pero superar ese miedo es el primer paso hacia una solución efectiva y saludable.
Sin embargo, hay ciertos síntomas que no deben pasarse por alto, ya que podrían indicar un caso de disfunción eréctil:
✔️ Dificultades frecuentes para lograr o mantener una erección, especialmente si se han presentado durante más de tres meses.
✔️ También es importante prestar atención si estas dificultades vienen acompañadas de fatiga, cambios en la libido, problemas de concentración o síntomas de ansiedad o depresión.
Durante la consulta, el médico te preguntará sobre los síntomas relacionados con la disfunción eréctil: si el problema apareció de forma repentina o progresiva, desde cuándo lo presentas, si hay rigidez suficiente durante la penetración, si tienes erecciones nocturnas, entre otros aspectos.
También te hará preguntas sobre tu historial médico, estilo de vida y estado emocional. Es posible que solicite análisis de sangre (para detectar posibles casos de diabetes, colesterol alto o enfermedad renal), pruebas hormonales, estudios cardiovasculares o ecografías para evaluar la presión arterial.
Finalmente, el médico examinará los genitales para observar su aspecto y consistencia, y detectar posibles alteraciones como fimosis o curvatura. También puede realizar un examen rectal para revisar el estado de la próstata y descartar condiciones como adenoma o cáncer.
¿Cómo tratar la disfunción eréctil? Soluciones efectivas para recuperar la confianza
Si el médico ha diagnosticado disfunción eréctil y ha identificado sus causas, el siguiente paso es iniciar un tratamiento adecuado. A continuación, te contamos cuáles son las opciones disponibles y en qué casos pueden ser más recomendables:
1. Medicamentos orales para obtener el impulso que se necesita
Cuando el problema de erección es causado por problemas circulatorios leves o moderados o factores psicológicos, lo mejor es optar por medicamentos inhibidores de la PDE5, como el Sildenafil (Viagra), Tadalafil (Cialis) o Vardenafil (Levitra).
Estos medicamentos actúan potenciando el efecto del óxido nítrico (NO), una molécula clave en el proceso de la erección. En otras palabras, relajan los vasos sanguíneos del pene, lo que permite un mejor flujo de sangre.
Es importante tener en cuenta que no provocan una erección de forma automática. La estimulación o excitación sexual sigue siendo necesaria, pero estos fármacos facilitan significativamente la respuesta natural del cuerpo.
2. Terapia hormonal cuando la testosterona está baja
En algunos casos, la deficiencia de testosterona puede ser la responsable de los problemas de erección y una consecuente disminución del deseo sexual.
Cuando es esta la causa, el paciente puede recibir una terapia hormonal en forma de inyectables, parches o geles que equilibrarán los niveles de esta hormona.
3. Dispositivos médicos
Las bombas de vacío ayudan a estimular la erección mediante un mecanismo de succión. Este tratamiento consiste en colocar un tubo hueco sobre el pene para crear un vacío que favorece el flujo sanguíneo y provoca la erección.
Después, se coloca un anillo elástico en la base del pene para mantener la erección durante la relación sexual.
En casos de disfunción eréctil severa, también se puede optar por las prótesis peneanas, que se implantan quirúrgicamente dentro del pene.
Estas prótesis suelen ser varillas flexibles que permiten mantener una posición firme, pero pueden ajustarse manualmente para lograr un aspecto discreto.
Son una opción eficaz y permanente cuando los medicamentos, la terapia hormonal o los dispositivos externos no han dado resultado.
También se recomiendan en pacientes con daño nervioso o vascular, como consecuencia de cirugías de próstata o lesiones medulares.
4. Terapia psicológica
Cuando la causa de la disfunción eréctil es por factores psicológicos, el médico puede derivarte a un terapeuta o psicólogo especializado en sexología. Gracias a estos profesionales, podrás buscar soluciones para reducir la ansiedad, mejorar tu autoestima y fortalecer la comunicación con tu pareja.
Dependiendo de tu situación, podrías acudir al terapeuta solo o en pareja. A menudo este tratamiento es más que suficiente para resolver el problema de raíz cuando su origen parte de un componente emocional o mental.
Palabras finales
Además de los tratamientos médicos, los expertos también recomiendan realizar cambios en el estilo de vida.
De hecho, en muchos casos, los problemas de erección pueden mejorar significativamente con una alimentación más saludable, la reducción del estrés, y eliminando el consumo de tabaco y alcohol.
La disfunción eréctil no suele ser solo un problema íntimo, sino también un reflejo del estado general de salud. Si estás atravesando dificultades en este aspecto, no estás solo.
Hay profesionales capacitados que pueden ayudarte a encontrar el tratamiento adecuado y acompañarte en el camino hacia una vida sexual plena y satisfactoria.
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